Las Viñas
Nuestras viñas son minifundios, cada botella cuenta una historia de dedicación y esfuerzo
Nuestro Terruño
Todo comienza en las viñas, situadas en el corazón de la Ribera del Duero, nuestras cepas se encuentran en minifundios que han sido de nuestra familia durante generaciones. Estos pequeños viñedos, herencia de nuestro abuelo Bernabé, son el alma de nuestro proyecto. Cada planta es cuidada con esmero, siguiendo el ciclo natural de las vides y de su entorno.
El tempranillo
La variedad predominante en nuestras viñas es el tempranillo, la variedad más adaptada a la región que se beneficia de las condiciones excepcionales de nuestras tierras. Gracias a la altitud de más de 800 metros sobre el nivel del mar, el clima de días calurosos y noches frescas favorece una maduración adecuada y uniforme de la uva, dotando a nuestros vinos tradicionales de un carácter único. Además del tempranillo, también contamos con algunas cepas de Albillo mayor, valencianas y garnacha, que aportan un toque especial a nuestra producción.
Dedicación y esfuerzo
Aunque nuestras viñas son pequeñas en tamaño y la producción es limitada —apenas 5000 botellas al año—, cada botella de vino tinto cuenta una historia de dedicación y esfuerzo. Estas tierras, a menudo áridas y sometidas a un estrés hídrico significativo, producen uvas de una calidad excepcional que se refleja en el vino. Gracias al cuidado artesanal de cada cepa, logramos extraer lo mejor de cada racimo, produciendo vinos que capturan la esencia de la añada y el carácter único de nuestra tierra.
Raíces
en el Vino
El legado de Bernabé vive en cada rincón de nuestras viñas, en cada planta y en cada botella. Para nosotros, trabajar la tierra y elaborar vino, es una pasión que honramos día a día con el respeto y el cariño que nuestro terruño merece. Estamos orgullosos de continuar esta tradición familiar y de compartir con el mundo un vino que representa no solo nuestra historia, sino también la esencia de la Ribera del Duero.